
Si te veo…
Si te veo cansado, fuera del sendero, ya casi sin fuerzas para hacer camino;
Si te veo sintiendo que la vida es dura, porque ya no podés, porque ya no seguís; voy a recordarte cómo es un comienzo, voy a desafiarte con mi desafío.
Te voy a mover el alma, te voy a volver el impulso, te voy a llevar a vos mismo.
Y vas a saber entonces encender tu lumbre en el tiempo oscuro, con el viento frío.
Vas a volver a ser fuego desde bases quietas, que alumbre y reviva tu andar peregrino
Volveré a susurrarte aquella consigna de tu primer paso con un nuevo ritmo.
Te voy a mostrar la garra que se necesita para levantarse desde la caída.
Si te veo cansado fuera del sendero, sin ver más espacios que los del abismo, te llevaré a tu memoria que también hay puentes, que también hay alas, que aún quedan amigos.
Que vamos armados de fe y de bravura, que seremos siempre lo que hemos creído: que somos guerreros de una vida grande, y todo nos guía hasta nuestro sitio; que un paso más con un nuevo empeño, enseña la forma de no ser vencido.
Que el árbol se dobla, se agita, estremece, deshoja y retoña, pero queda erguido
Que el único trecho que da el pie de adelante es aquel que cubre nuestro pie extendido.
Si te veo cansado, fuera del camino, solitario y triste, quebrado y herido, voy a sentarme a tu lado, te voy a tomar las manos, voy a entrar por tus ojos hasta tu escondrijo y te voy a decir: “¡se puede!”, ¡”se puede”! y voy a insistir hasta que comprendas que podés lo mismo.
Que mi voz despierte, desde mi certeza, al que de cansancio se quedó dormido.
Y, tal vez, si querés, voy a prestarte mis brazos para que te incorpores nuevo y decidido.
Que la unión es triunfo, cuando con el otro vamos a lo mismo y “¡se puede”! así con el mismo brío.
Si te veo cansado fuera del sendero, voy a llevar tu mirada hacia mi camino.
Voy hacerte ver las huellas, que allá están marcadas, de un paso tras otro por donde he venido, y va a venir conmigo, apenas me escuche, la voz insistente para un nuevo inicio.
Y abrirás otro rumbo, pues si me has creído que siempre se puede…
“¡se puede, mi amigo!”
Gracias Ale por el texto!!
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